Las amenazas contra la seguridad digital, tienen una dimensión global y pueden afectar a cualquier persona u organización conectada a Internet desde cualquier ubicación geográfica. Estas amenazas son difíciles de erradicar por la ausencia de mecanismos legales eficientes en el entorno digital. Y evolucionan al mismo ritmo que los avances digitales, dificultando todo tipo acción para su prevención.
El acceso a Internet se ha convertido en un elemento imprescindible. El incremento de la posibilidad de conexión y el aumento de la velocidad de acceso juntamente con el uso masivo de dispositivos móviles, hace que los servicios que nos brinda el acceso a Internet se puedan consumir en cualquier lugar y a cualquier hora. Estos servicios se han transformado en parte de nuestro día a día, tanto cuando nos informamos, cuando nos comunicamos o cuando nos relacionamos en los medios sociales con otras personas, intercambiando todo tipo de datos como son fotos, vídeos o información personal y debemos ser muy conscientes de los posibles riesgos que puede suponer para nuestra privacidad y seguridad digital, hacer uso de estos servicios.
Casos como el robo o la suplantación de la identidad, robo de información personal o corporativa, fraudes económicos contra cuentas bancarias o tarjetas de créditos, son algunos ejemplos de los problemas a que nos enfrentamos en el entorno digital, no es una buena practica creer que solo esto le ocurre a los demás, debemos reforzar nuestra propia seguridad digital, tomando medidas concretas para protegernos de los llamados hackers o ciberdelincuentes y así evitar futuros problemas.